Caspar David Friedrich (1774-1840) nació en Alemania y fue el sexto de nuevo hijos. Varios fallecimientos de miembros de su familia durante su infancia le llevaron a interesarse intensamente por el tema de la muerte. Entre 1794 y 1798 estudió en la Academia de Bellas Artes de Copenhague. En otoño de 1798 se trasladó a Dresde, donde se formaría el centro del movimiento romántico alemán, y donde Friedrich vivirá hasta su muerte.
Tuvo un intento de suicidio entre 1801 y 1802. Con 44 años se casó, de cuyo matrimonio nacerían dos hijas y un hijo. En 1820 se trasladó temporalmente a una residencia a orillas del río Elba para tratar de aliviar la profunda depresión en la que había caído tras el asesinato de un de sus amigos pintores. En ese mismo año el Zar Nicolás de Rusia adquiriría varias de sus obras. De hecho, fue un pintor muy admirado en su época.
Friedrich representa el intenso movimiento de pintura paisajista que se dio en Alemania, que buscaba la sublimación del paisaje. En este pintor se da la peculiaridad de que pinta paisajes reales, pero al mismo tiempo utilizaba alegorías religiosas y políticas. Para Friedrich el arte era un intermediario entre el hombre y Dios. Así, el color violeta era el del duelo y la melancolía, los barcos simbolizan el camino de la vida del hombre, las rocas son la base sobre la que se asienta la vida humana, los abetos representan la eternidad y la nieve la idea cristiana de resurrección.
2 comentarios:
que bellas obras, realmente fantástico el trabajo de Friedrich...
Melancólico pero bello...
Sí, es mi paisajista favorito, seguido de William Turner. Hay algo de hermoso y de trágico al mismo tiempo, son realmente bellas.
Muchas gracias por comentar.
Un saludo de Madame Macabre.
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