Auguste Rodin fue un escultor francés nacido en 1840 y muerto en 1917. Su estilo es tan marcado que sus esculturas son fácilmente reconocibles, y sin duda la más destacada de todas ellas sea "El Pensador". En 2007 Málaga fue una de las ciudades afortunadas por donde pasó la exposición itinerante de Rodin, y tuve la suerte de contemplar muchas de sus esculturas originales y más famosas.
El efecto que causaba "El Pensador", situado al principio de la calle principal de la ciudad era abrumador. General de un ejército de esculturas de enormes proporciones, descansaba la enorme estatua en su pedestal mirando hacia el sur e indiferente a los rayos del sol que se posaban sobre su resplandeciente bronce verde. Los músculos de sus brazos y piernas perfectamente delineados, transmitían languidez a la vez que vigorosidad a través de sus enormes extremidades. Un rostro perfilado a grandes rasgos que contrasta con los detallados dedos de los pies que se contraen tímidamente sobre la roca. Un rostro del que emana soledad, tristeza y reflexión, un gigante sobre su roca ajeno al paso de las horas, mientras medita.
Nuestro meditabundo amigo vino acompañado de otros fabulosos compañeros. Figuras de bronce oscuro con las expresiones contraídas, que muestran a través de cuerpos desnudos la profundidad de los sentimientos humanos. Rodin no necesita de detalles, de elaboradas vestiduras, de colores o de contextos. Ni siquiera busca la belleza en sí misma. Sus figuras son expresivas por sí solas, a través de sus marcados rostros y del lenguaje de sus cuerpos. La contracción de la ira, el desdén de la tristeza, expresiones humanas reflejadas sobre anatomías que no buscan tanto la exactitud de las proporciones como hacer del cuerpo humano una forma de expresión en sí misma. La sensación de figuras que parecen inacabas se adereza con la magia de gestos que parecen varíar según el lugar desde donde las observemos.
Meses después pudimos disfrutar de nuevo de la genialidad de Rodin en una pequeña exposición, pero esta vez a cubierto. En ella podían contemplarse fantásticos bustos de escritores como Baudelaire, Victor Hugo o Balzac. Rodin logra la expresividad tanto en las grandes como en las pequeñas esculturas. Y más que el detalle, clama por sentimientos universales como el amor, la tristeza o la soledad. Se inspira tanto en leyendas griegas como en la Divina Comedia de Dante. En aquella exposición recuerdo que me impresionó especialmente una reproducción en escayola de las Puertas del Infierno, de seis metros de alto, repletas de pequeñas figuras que se desviven entre la agonía y el dolor.
En suma, un escultor fácilmente accesible al gran público, y no por ello menos admirable. La simplicidad de su formas entrelazada con la expresividad de sus obras sólo busca hablar de los grandes conceptos universales, donde la naturalidad resulta el más claro y límpido de los espejos.
Francamente.. ¡Como impresiona ver "El Pensador" en persona!, ya convertido en un icono del arte y de la cultura en general. Sin ser (ni querer ser) realista, esa escultura muestra una actitud increiblemente humana , son todas tan tan expresivas , un genio sin duda , no me dejó indiferente y eso que soy un profano reconocido en esta materia.
ResponderEliminarFelicidades por esta entrada , un saludo.