Estoy orgullosa de ser consumidora asidua de delineador negro. Pero llegó un día en que quería traspasar la frontera y probar con algo de color. Aunque el delineador (o eyeliner) queda bien tanto solo como acompañado con una sombra de ojos, a veces no está de más experimentar con nuevos tonos. El maquillaje nunca debería convertirse en algo monótono o en una serie de actos repetitivos, sino que se trata de jugar con colores y texturas.
El primer delienador que me compré fue negro por supuesto, y una vez que fui lo bastante hábil para dejar de dibujarme electrocardiogramas en los ojos, decidí aventurarme en el a veces extraño mundo del color, y probar con una tonalidad morada. Compré en Bourjois el Liner Clubbing Couleur Vivrante en la tonalidad 85 -Violet Laser, y a pesar de lo se pudiera pensar, es tan práctico y ponible como su versión negra. Es práctico porque su diseño incorpora un pequeño pincel que asegura un trazo fino y un mecanismo que evita que extraigas el pincel chorreante de pigmento. Y es ponible porque es un tono lo bastante oscuro para no ser confundido con rosa y lo bastante intenso para combinarlo con una sombra de ojos gris o negra y que se siga distinguiendo, ya que se trata de un morado y no de un púrpura.
Desgraciadamente como lo adquirí hace bastante no puedo recordar su precio exacto, pero creo que oscilará entre los 5 y 7€. Es especialmente recomendable para los ojos oscuros pues los resaltará aún más.
Lo mejor: permite un trazo preciso y la intensidad de su color.
Lo peor: si quieres remarcar intensamente tus ojos tendrás que ser paciente, el pincel y el mecanismo del bote limitan la cantidad de tinta en cada pasada.
El primer delienador que me compré fue negro por supuesto, y una vez que fui lo bastante hábil para dejar de dibujarme electrocardiogramas en los ojos, decidí aventurarme en el a veces extraño mundo del color, y probar con una tonalidad morada. Compré en Bourjois el Liner Clubbing Couleur Vivrante en la tonalidad 85 -Violet Laser, y a pesar de lo se pudiera pensar, es tan práctico y ponible como su versión negra. Es práctico porque su diseño incorpora un pequeño pincel que asegura un trazo fino y un mecanismo que evita que extraigas el pincel chorreante de pigmento. Y es ponible porque es un tono lo bastante oscuro para no ser confundido con rosa y lo bastante intenso para combinarlo con una sombra de ojos gris o negra y que se siga distinguiendo, ya que se trata de un morado y no de un púrpura.
Desgraciadamente como lo adquirí hace bastante no puedo recordar su precio exacto, pero creo que oscilará entre los 5 y 7€. Es especialmente recomendable para los ojos oscuros pues los resaltará aún más.
Lo mejor: permite un trazo preciso y la intensidad de su color.
Lo peor: si quieres remarcar intensamente tus ojos tendrás que ser paciente, el pincel y el mecanismo del bote limitan la cantidad de tinta en cada pasada.
Me alegro mucho de que hayas empezado este proyecto. Me ha gustado mucho leerte, no sé si alguna vez te lo he dicho pero escribes muy bien. Estaré pendiente del blog para no perderme ningún post :) Mucho ánimo Madame, ;)
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