Muchas veces hemos visto esa clasificación que asocia a cada signo del Zodiaco una piedra preciosa. Se suele decir que si llevas una gema acorde con tu signo, aumentarás tu buena suerte. Más allá de esta catalogación bastante conocida, quería hablar de otra, mucho más singular, que atribuye a cada tipo de piedra unos poderes determinados.
Durante muchos años se ha sostenido que las piedras preciosas fueron utilizadas como amuletos mucho antes que con fines de ornamentación. Eran consideradas como receptáculos de poderosas fuerzas sobrenaturales que recogieron en sus lapidarios (del latín, lapis, piedra) hombres tan ilustres como Paracelso, Roger Bacon o Alfonso X el Sabio.
-Esmeralda: otorga poderes proféticos y protege de hechizos y sortilegios.
-Zafiro: contrarrestra los efectos de los venenos, propicia el éxito en las cacerías y la victoria sobre los enemigos.
-Amatista: contrarresta los efectos del alcohol.
-Jaspe: aleja a los malos espíritus y protege de la mordedura de animales venenosos.
-Turquesa: evita sufrir daños en las caídas.
-Rubí: confiere invunerabilidad.
-Heliotropo: otorga la invisibilidad.
-Malaquita: protege a los niños y avisa de los desastres rompiéndose en pedazos.
-Ágata: otorga fuerza y valor, aleja las tormentas y proporciona sueños placenteros.
-Diamante: dota a su portador de fuerza y valor. Si se lleva en el brazo izquiero engastado en oro, aleja a los malos espíritus nocturnos. En el Talmud se dice que es capaz de diferenciar al culpable del inocente aumentando o disminuyendo su brillo. Igualmente atrae la fortuna.
Otras piedras, en cambio, son consideradas como malditas y que sólo son capaces de traer la desgracia sobre sus dueños. Y una de esas piedras es el ópalo. Si bien los Griegos creían que daba a su portador el don de la premonición y los Romanos que sólo podía ser superado por la esmeralda en cuanto a piedra que atrae la fortuna, siglos más tarde se consideró como una piedra maldita.
Los árabes creían que tenía la capacidad de curar las enfermedades de los ojos, pues de hecho su nombre significa "piedra de los ojos", pero más tarde comenzó a relacionarse con la brujería y con el mal de ojo. Sus características físicas recuerdan a los ojos de animales considerados malditos como los gatos, las serpientes y las ranas.
Igualmente se sostiene que la mala fama del ópalo proviene de la epidemia de peste que tiene lugar en Venecia en 1348. Se creía que si se posaba un ópalo en la frente de un enfermo y éste resplandecía, era signo de que iba a morir inevitablemente. Lo más probable es que la piedra brillase más intensamente como consecuencia de la fiebre y el sudor del enfermo.
En 1829, el novelista Sir Walter Scott contribuyó a su mala fama con su obra Lady Hermione, una princesa cuyo desgraciado destino estaba ligado a esa piedra.
Finalmente otros especulan que su historia negra que se la atribuyeron los propios joyeros. Dado que son unas piedras muy delicadas, era habitual que se rompieran mientras eran talladas, y de ahí su mala fama.
Molan las piedras!! :D
ResponderEliminarYo tengo alguna, hace unos años compraba, pero pequeñas no son muy grandes.
Antes me iba el ocultismo y esas cosas :P
Es muy interesante lo que cuentas de las piedras, lo tendré en cuenta por si algún día me decido a hacer algo con piedras preciosas, gracias.
ResponderEliminarMe parecía una tema interesante porque cuando se habla de las piedras en sentido esotérico, se asocia con lo de los signos del zodiaco.
ResponderEliminarAndrés, sería genial que hicieras algo con piedras en ese sentido, me encanta cuando las esculturas, además del sentido obvio, tienen un porqué en todos sus elementos.
Besitos y gracias por comentar.
Madame Macabre.
hola.. vi q esta piedra(ópalo)pertenecia a el grupo de la piedras de mi horoscopo.. pero es enserio lo de esta piedra...??? al ver la piedra solo por las imagines en internet tuve una sensacion muy extraña.. no se si me atraia o me robaba energia.. es un sentimiendo muy raro.....
ResponderEliminarCarlos - Hay gente que piensa que cada tipo de piedra tiene unas virtudes "mágicas" o unos determinados efectos. Ya está en manos de cada cual creer en ello o no. A mí el ópalo me parece una piedra preciosa, como si al mirarla pudieras contemplar el infinito.
ResponderEliminarMuchas gracias por comentar, un salud de Madame Macabre.