Sobre por qué hay góticos que no quieren decir que son góticos.

Parece haberse convertido en una especie de premisa lo de que si te preguntan si eres gótico has de responder que no lo eres y así parecerás más gótico. Parece una pauta bastante contradictoria, y en efecto lo es, razón por la cual una lectora me preguntaba hace un tiempo sobre el porqué de este comportamiento en algunas personas. O dicho de otra forma, por qué hay personas que aun siendo, aparentemente, góticas, niegan serlo.

En este sentido, podemos encontrarnos con una primera situación: personas de aspecto y gusto aparentemente góticos, pero que niegan rotundamente pertenecer a dicha subcultura. La explicación a este comportamiento es que hay personas que pueden coincidir en gustos o estética con personas que sí se denominan a sí mismos como góticos, pero no identificarse necesariamente con la subcultura. Puede haber personas que sientan un interés por las cosas oscuras, por la música gótica o por vestir de negro (todas estas cosas a la vez o tan sólo una de ellas); pero no necesitan denominarse góticos.

Hay que tener en cuenta que hay gente que, aun sintiendo interés por cualquiera de esas cosas que nosotros entendemos que "pertenecen" a nuestra subcultura, siente que ser llamado "gótico" no deja de ser una etiqueta restrictiva con la que no se siente identificado porque la considera demasiado cerrada y cree que sus preferencias van mucho más allá de ese calificativo. 

También hay personas que, aun interesándose en algún aspecto concreto, consideran que los que se denominan a sí mismos como góticos no dejan de ser gente extraña o adolescentes que pretenden hacerse los interesantes durante una fase de su vida, y prefieren que no se les identifique con ellos. Simplemente, hay que personas que prefieren mantenerse al margen de calificativos y que realmente no quieren que se les llame "góticos".

En el lado opuesto tenemos a aquellos que sí se consideran a sí mismos como góticos, pero que no desean decirlo abiertamente, y hay que distinguir diferentes motivaciones.

En primer lugar, están aquellos que piensan que se es más gótico si se dice que no se es gótico. Es una especie de elitismo o esnobismo que se da desgraciadamente de vez en cuando. Los hay que piensan que al negar el ser góticos, están resaltando el hecho de ser más especiales que aquellos que sí lo admiten, como si se estuvieran diferenciando del resto. Son personas que sí son góticas, que subliminalmente quieren que los identifiquen como tales, pero ellos nunca te lo van a decir directamente.

En segundo lugar, hay personas que se consideran góticas, pero que no siempre lo admiten abiertamente delante de otras personas, sino que lo hacen en función de su interlocutor. Hay que tener en cuenta que hoy en día existen muchos prejuicios y una imagen muy deformada de la subcultura gótica. Y hay personas que temen la impresión que van a causar en su interlocutor si lo dicen directamente, sumado en ocasiones a la timidez natural de mucha gente. Y es que ciertos sitios, como el lugar de trabajo, puede que no sean los más indicados para tratar ese tipo de temas, pudiendo dar lugar a una imagen totalmente deformada sobre ti al identificarte tus compañeros o allegados con los típicos clichés: satanismo, drogas, inmadurez, etc...

Por eso hay gente que cuando se le pregunta, lo niega sin mucha contundencia, o bien se limitan a esbozar una sonrisa dejando que la otra persona deduzca lo que quiera por sí misma.

Obviamente hay mucha gente a la que no le importa decirlo abiertamente, más que nada porque por su aspecto puede resultar muy evidente, desde el pequeño Babybat que lo proclama lleno de felicidad, hasta aquellos góticos que ya están pasados los treinta y se sienten felices formando todavía parte de la subcultura.

La conclusión de todo esto es, como dijo Ortega y Gasset, "yo soy yo y mis circunstancias". Lo que, aplicado al caso, viene a decir que al final es cada persona la que decide sí siente que forma parte de un grupo de personas con una denominación común, si simplemente no necesita que lo etiqueten, si le gusta hablar abiertamente de ello o si prefiere guardarse para sí esos aspectos de su vida personal. Y que a veces las circunstancias o el entorno que rodean a una persona en ese momento haga que prefiera no responder a ese tipo de cuestiones.

Así que, simplemente ten en cuenta que del mismo modo que hay góticos que no quieren decir que lo son, también hay muchas personas que pareciendo góticos, en realidad no se identifican con ello, y por tanto no podemos generalizar. Al final de todo lo importante es que cada cual se sienta bien consigo mismo y haga lo que crea más conveniente, siempre que no ofenda ni moleste a los demás.