Góticos y realities de moda: vestir bien vs vestir diferente.

Últimamente he visto aparecer en televisión muchos programas, o más bien debería decir realities, cuyo objetivo es transformar a alguien que tiene, aparentemente, un estilo desastroso, y convertirla en una persona estéticamente "más aceptable". Esta clase de programas siempre me han hecho gracia porque te demuestra que llevar ropa convencional no te garantiza ir "bien vestido".

La problemática viene cuando a quien tratan de transformar no es a alguien que suele salir a la calle en pijama , sino a alguien que pertenece a alguna subcultura. He visto a presentadores haciendo un concienzudo "lavado cerebral" a lolitas y góticos. Sus argumentos: que esa ropa te hace ver infantil, es como si llevaras un disfraz, asustas a los demás o el viejo argumento de "te escudas en tu ropa para que no podamos descubrir tu bella personalidad".

Por supuesto, si en un determinado momento de tu vida tu forma de vestir ya no te hace feliz, pues deberías cambiarla o probar otra cosa. Si llegado un día piensas que estás llevando esa ropa "por costumbre", es natural que te pares a reflexionar sobre tu forma de vestir. Nadie debe sentirse obligado a vestir de una determinada manera, ni en un sentido ni en otro.

El error está, a mi juicio, en meter en el mismo saco a personas que, por una razón o por otra y con independencia de tus gustos personales, visten de manera desastrosa, y a personas que, a pesar de arreglarse e invertir tiempo en su vestuario, tienen un estilo que se sale de lo convencional.

Y es que hay una diferencia abismal entre vestir mal y vestir diferente. Es obvio que tener un estilo alternativo no te garantiza siempre un "buen estilo" (yo he tenido mis fases experimentales y han sido horribles). Pero lo es aún más que el hecho de que vistas de manera distinta no tiene porque suscitar las recriminaciones de nadie tratando de convencerte de que deberías vestir "como los demás".

¿Dónde está el límite entre el "buen" y el "mal gusto"? Yo desde luego no lo sé, y tampoco voy a ser yo quien trace la línea. De hecho, creo que nadie está en posición de hacerlo. Supongo que eso depende de nuestros propios gustos y conceptos estéticos. Lo que vengo a subrayar es que si alguien considera que una chica gótica va "mal vestida" por llevar una falda con medias rotas, botas militares y un corsé; no tenemos que considerar que va bien vestida una chica con pantalones cortos, zapatos de tacón y un top estampado por la sola razón de que "va a la moda". Porque si la moda es la regla sobre la que se traza esa línea, ésta es cambiante, caprichosa e incluso, muy a menudo, vacía. Lo que en un momento se considera "apropiado y a la última" al año siguiente puede ser "desfasado y de mal gusto".

Aquellos que nos señalan con el dedo a la hora de dar ejemplo de supuesto "mal estilo", son los mismos que luego alaban a los diseñadores que han tenido la "original idea" de inspirarse en el estilo gótico para una determinada temporada. ¿Cuántas veces hemos escuchado decir que las calaveras son tétricas y desagradables? Pues ahora resulta que son el último grito y las vemos en todas partes, desde las firmas más exclusivas hasta las tiendas favoritas de las chicas obsesionadas con estar a la moda.

Creo que lo importante es que, con independencia de tu estilo, es que seas feliz con él, al margen de lo que digan los diseñadores de moda, los presentadores de televisión, las revistas o cualquier otra persona. Si te gusta tu estilo y crees en él, no hay razón para cambiarlo. Además, la forma de vestir no hace a la gente ni mejor ni peor, ni te permite conocer la verdadera personalidad de nadie. Una cosa es que alguien te dé una determinada impresión por su forma de vestir, pero adivinar cómo es esa persona realmente sólo se puede saber conociéndola.

No obstante, está bien tener un estilo, pero también hay que saber "llevarlo". Y es que a veces es buena idea recordar ciertas reglas básicas que, a cualquiera, nos vienen bien:

• Compra ropa de tu talla, ni muy grande ni muy pequeña. Del mismo modo que una ropa enorme te hará parecer más voluminoso de lo que en realidad eres, una prenda excesivamente ajustada también te sentará mal e incluso puedes estar incómodo. Se nota cuando a una persona le sienta bien su ropa porque es de su talla indicada. Ello ayudará además a favorecer tu figura o resaltar tus rasgos.
• Viste de acuerdo con tu edad. Es importante saber adaptarnos al paso del tiempo. Uno de nuestros principales miedos cuando vamos acumulando años es parecer "un adulto que se viste como un adolescente". Si bien hay cosas que pueden permanecer inmutables, un estilo más depurado y sofisticado suele favorecer más a medida que vamos ganando años.
• Lleva un aspecto cuidado e invierte tiempo en arreglarte. Pueden parecer cosas secundarias, pero creo que es importante tener una piel cuidada, un cabello que se vea sano, y en general un aspecto cuidado. Con independencia de tu estilo, sea éste más sencillo o más recargado, de cómo lleves el pelo (teñido, sin teñir, con crestas, suelto, etc...) y de si te maquillas, el mirarte al espejo y verte con buen aspecto y bien arreglado siempre resulta agradable, especialmente para uno mismo. Es bueno invertir algo de tiempo en arreglarnos, por pequeño que sea.  
• Cuida tu ropa. Hay un término medio entre ropa excesivamente cara y ropa demasiado vieja. Cuando tu ropa ya no dé más de sí, la puedes regalar o donar. No es necesario que tengas un armario inmenso, pero sí algunos básicos que te ayuden a desenvolverte.
• Sé versátil y adaptativo: creo que es importante saber adaptarse estéticamente a las diferentes situaciones que te plantea la vida diaria: el trabajo, el colegio, ir a comprar al supermercado o a una boda. No siempre podemos vestir exactamente como queremos, pero podemos encontrar vías para adaptar nuestro estilo a esas situaciones. Del mismo modo que hay que comprender que ciertas situaciones exigen un estilo distinto. Así por ejemplo, no te vistes igual cuando vas al supermercado que cuando vas a salir por la noche. Una empresa no va a cambiar su código de vestir por ti, pero tú puedes encontrar formas de adaptarte a sus reglas, mantener un aspecto profesional, no sentirte disfrazado y demostrar que eres tan bueno en tu trabajo como cualquier otro.

La moraleja es que, como suelo decir, lo importante es sentirse a gusto con uno mismo. Puede decirse que hay tantos estilos como personas en este mundo. Y éste puede crecer y evolucionar con nosotros. La gente te va a juzgar siempre, te vistas como te vistas, porque vivimos en una sociedad altamente competitiva donde la apariencia pesa mucho, quizás demasiado. Por mucho que lo deseemos esto no va a cambiar, pero podemos adaptarnos cuando la situación lo exige, y luchar para que, poco a poco, la gente sea más tolerante frente a aquellas personas que se salen de lo convencional.

La ropa no hace ni mejores ni peores a las personas, la única forma de saber eso es conociéndolas. Así que mantente fiel a aquello en lo que crees y te hace feliz. Después de todo, la vida es demasiado corta para pasarla llevando ropa aburrida ;).