La pisada de Diablo en la Catedral de Múnich.

En la entrada de la Catedral de Múnich puede observarse una baldosa con el dibujo de una pisada, la cual es conocida popularmente como "la pisada del Diablo". Sobre esta curiosa marca circulan dos leyendas que asocian a la catedral y al Demonio.

La primera de ellas cuenta que entró el Diablo en la catedral, se paró en ese mismo punto donde está la pisada y se mofó del edificio religioso por carecer de ventanas. Pues la peculiaridad de ese punto concreto es que es el único de la catedral desde el cual no puede apreciarse ni una sola ventana ya que eran astutamente tapadas por las columnas.

Pero al avanzar el Diablo se dio cuenta de su error, se enfadó tanto que intentó derribar el templo soplando, cosa que no logró hacer, y allí quedó su huella

Vista desde la pisada del Diablo

La segunda versión dice que el constructor de la catedral, Halsbach, apostó con el Diablo a que podría realizar una catedral sin ventana alguna si a cambio éste no interfería en la construcción de templo. Si Halsbach fallaba, le entregaría su alma. 

Cuando estuvo terminada, el constructor le dijo al Diablo que se situase en ese preciso punto, desde el cual no puede verse ventana alguna, con lo cual el Diablo tuvo que aceptar que había perdido la apuesta, aun cuando en realidad estaba siendo engañado.

Arcángel San Miguel de la Catedral de Múnich