Moda gótica: mi primera experiencia con un corsé de ballenas de acero.

Los corsés "buenos" que tengo siempre los había comprado con ballenas de silicona porque pensaba que los de ballenas de acero serían demasiado incómodos. Los de ballenas de silicona, aunque son rígidos y cumplen su función, te permiten una cierta movilidad. Así que me asustaba gastarme una cierta cantidad de dinero en una prenda con la que me iba a sentir muy incómoda.

El caso es que el año pasado me compré en Corset Story un corsé en negro decorado con lazos en verde pálido que se había quedado muy rebajado. El modelo me encantaba y además no tenía ningún corsé con tirantes. Al leer la descripción del producto lo debí entender mal o no estaba muy bien indicado, porque el caso es que el corsé tenía ballenas de acero y me di cuenta de ello cuando me llegó.

Finalmente decidí quedármelo tras probármelo y no sentirme incómoda. Pero no ha sido hasta ayer cuando verdaderamente lo he estrenado. Estuve toda la tarde del viernes fuera, de aquí para allá con mi nuevo corsé, y me parecía interesante narrar la experiencia para aquellas que tenéis curiosidad sobre este modelo de corsé y nunca lo habéis probado.

En lo que respecta a la colocación y ajuste de la prenda, es como cualquier otro corsé que hayáis tenido. No es ni más fácil ni más difícil por tener ballenas de acero. Sí es cierto que el hecho de tener tirantes, que a su vez son ajustables, te permite asegurar bien la parte superior al cuerpo afín de que no quede despegada.

La sensación al llevar puesto el corsé es agradable. Ejerce una presión adecuada sobre el abdomen y la parte del bajo vientre, y luego se ajusta muy bien al pecho. Por supuesto, todo depende de lo que lo quieras apretar. A mi me gusta que quede ajustado, pero no soy de llevar los corsés de forma excesivamente ajustada. En cualquier caso la sensación es cómoda, sientes que la prenda se ajusta perfectamente.

Ciertamente sí se nota que el ajuste es algo más recio en comparación con un corsé de ballenas de silicona, y sobre todo si los que soléis llevar son ballenas de plástico. Si en una escala de 1 a 5 la flexibilidad de un corsé de ballenas de acero es, digamos, un 2; la de un corsé de ballenas de acero es un 1. No es que no te puedas mover, pero hay movimientos que te cuesta hacer. Por ejemplo, sí te tienes que agachar, debes hacerlo como si realizaras una sentadilla. Pero es igual que con otro tipo de corsé, sólo que un poco más rígido.

Esa tarde Monsieur Macabre y yo estuvimos viendo algunas tiendas, paseando, tomando una cerveza y luego cenando. En ningún momento me sentí incómoda. Incluso entré en una tienda para probarme una camiseta y no tardé demasiado en desabrocharme y volver a colocar el corsé.

Sí hubo una cosa en la que llevar el corsé me resultó incómodo, y fue conducir. Dado que los asientos de los coches no son totalmente rectos sino algo curvados, el corsé tendía a subir hacia arriba golpeando en la parte de las axilas, y a desajustarse un poco de su posición.

Mi veredicto final es que no hay que "tenerles miedo" a los corsés con ballenas de acero. Obviamente, son más rígidos que otros modelos, pero en ningún caso quiere decir que sean molestos o te hagan daño. Así que es un producto en el vale la pena invertir, y si os gustan los corsés, no es mala idea tener al menos uno de este tipo.