Moda Gótica: cuando tu trabajo está matando tu estilo gótico y como hacer las paces con él.

Con esto de tener que adaptar mi forma de vestir a la vida funcionarial comencé a comprender mejor aquello que me contaba mucha gente cuando me decían que el tener que adaptar su forma de vestir a la oficina estaba "matando" su estilo gótico.

A este respecto yo creo que influyen dos factores. En primer lugar, que por la naturaleza de tu trabajo o porque tengas que llevar uniforme, no te deje margen para expresar tu lado gótico mediante tu vestuario. En segundo lugar, que si en un día laboral tienes que hacer más cosas, puede causar cierta pereza el tener que cambiarte de ropa y arreglarte para simplemente ir al supermercado o algo similar.

Esta situación provoca que te vayas alejando de una estética que tiene cierto grado de elaboración y requiere un poco de dedicación no sólo en la ropa sino también en el maquillaje o el peinado.

Todo esto genera un círculo vicioso de pereza y dejadez que al final conlleva que optes por lo práctico y rápido, pero no necesariamente con aquello con lo que realmente te sientes bien cuando te ves. Al final uno acaba olvidando la satisfacción de sentirse bien con lo que lleva a la pregunta de "¿vale la pena complicarme tanto?" y lo acabas dejando de lado.

Mi respuesta a esa pregunta es que, sin duda, sí vale la pena, pero que en ningún caso debe verse como una forma de "complicarte" la vida. Y si volver a vestir en la forma en la que la hacías normalmente se te hace una montaña por cansancio, por falta de tiempo o porque te sientes un poco desencantado, se trata de encontrar una forma en la que tu estilo se adapte a tu forma de vida y no al revés.

Al final se trata de que la transición entre la ropa de trabajo y la de calle no sea tan drástica en el día a día. Así, una forma de lograrlo puede ser apoyarse en looks básicos en negro (o en otro color que nos guste) y transformarlos en looks góticos cambiando o añadiendo ciertos complementos.

Otra forma puede ser cambiando simplemente una parte de lo que llevemos puesto para darle una vuelta de tuerca al look. Por ejemplo, si en el trabajo solemos llevar una combinación de falda y camisa, sustituir la camisa por un top de estilo gótico de nuestro agrado.

Nuestos días de descanso son la oportunidad perfecta para dar rienda suelta a nuestra personalidad y volver a disfrutar dando uso a las prendas que más nos gustan. Es cuando no estamos constreñidos por códigos de vestimenta y además disponemos de más tiempo para dedicarnos a ello.

Otro buen consejo creo que es ir hacia lo simple si ello nos motiva más. Hay gente que tiene looks góticos muy elaborados y quizás ello puedo convertirse más en una carga que en un aliciente. Así que simplificar nuestro look dentro del amplio abánico que nos permite el estilo gótico puede ser una buena forma de mantenernos dentro del especto pero más acorde con nuestra situación laboral, nuestros horarios o nuestro estado mental.

Y al retomar esa rutina de dedicarnos tiempo a nosotros mismos, creo que es una forma de volver a conectar con nuestro "pequeño gótico interior", vernos al espejo y volver a sentirnos bien.