Me encuentro a menos de 5 meses de los 40 y desde hace un tiempo he estado reflexionando sobre los cambios de estilo por los que he pasado desde mi adolescencia, pero también por cómo es mi propio estilo a día de hoy. Como quiero hacer una reflexión sobre esta fase de mi vida, pero también quiero aportar consejos útiles, voy a dividir esta entrada en dos partes. En esta primera parte, compartiré con vosotros mis reflexiones. En una segunda entrada, que publicaré más adelante, me centraré en consejos de moda.
Desde que me inicié en la subcultura gótica allá por la adolescencia, he pasado por fases de estilo. Algunas han salido bien y otras las he acabado abandonando. He pasado de usar terciopelo constantemente a hacer un uso más moderado, de llevar siempre gargantilla a abrirme a otro tipo de complementos, de usar siempre botas enormes a tener un calzado más variado, de aceptar llevar únicamente otros cuatro colores además del negro (blanco, rojo, morado y gris), a ser un poco más abierta en este campo.
Lo que sí tengo claro es que, con independencia de las variaciones, prontos o experimentos por los que pueda pasar, mi estilo se mueve dentro de la estética gótica, y es algo que tengo arraigado dentro de mi. Lo cual, siendo yo una persona a menudo insegura, constituye mi piedra angular y faro de luz en mitad de la tormenta.
Con el paso de los años, a medida que vas afianzando tus gustos y tu personalidad, te va importando cada vez menos entrar dentro de una categoría de estilo gótico, o tan siquiera que tu estilo cante a los cuatro vientos "'¡Mirad lo gótica que soy!". Creo que hay un punto, muy positivo y liberador de hecho, en el que te importas más tú y cómo te percibes a ti misma desde el punto de vista estético, que lo que piensen los demás y que tu aspecto te autorice a ser calificada como "gótica de manual".
Probablemente una de las primeras cuestiones a las que te enfrentas es una fase en la que te sinceras contigo misma y llegas a la conclusión de que hay cosas con las que simplemente no te ves. En mi caso, hace ya años que no llevo cosas como minifaldas y cada vez aprecio más los tops con mangas frente a las camisetas de tirantes. Llegar a cierta edad no significa dejar de ser sexy, sino que lo entiendes de forma distinta.
A este respecto, es importante aceptar los cambios de nuestro cuerpo a medida que pasan los años. Hubo una época en la que me preocupó haber ganado peso. Pero creo que tuvo algo de positivo puesto que durante mucho tiempo he tenido un aspecto no muy sano debido a estar excesivamente delgada. Creo que ahora me veo bien en proporción a la edad que tengo. Pero también ello me ha animado a cuidarme más y desde hace varios años practico deporte de forma moderada, lo cual me ayuda a controlar el peso, mantenerme activa y cuidar mi salud. La edad conlleva también aceptar que tu piel no es la de antes, que tu pelo no se ve como el de antes y que es buen momento para cambiar a unos cosméticos adaptados a ello.
Otra de las tendencias que he ido asumiendo en los últimos años es ir hacia una mayor comodidad y simplicidad. A veces entre semana te ves en la necesidad de realizar tareas diversas que pasan desde ir al trabajo, hacer la compra e ir a la tienda de libros a recoger un pedido. Y no vas a estar cambiando tu atuendo para cada circunstancia. Por lo que tratas de buscar un equilibrio entre aquello que te gusta y que sea algo que pueda entrar dentro de los "cánones" de lo que se considera ropa aceptable para el trabajo.
Por otro lado, aunque estás en una edad en la que podemos decir que tu personalidad está bien definida y conoces tus gustos, lo cierto es que cada cierto tiempo he descubierto cosas de mi misma que me gustan o que me han dejado de gustar. Así, cada cierto tiempo he incorporado o abandonado estilos o ideas. Por ejemplo, he integrado en mi estilo elementos de Witch Goth y más pinceladas esotéricas. Sin embargo, ya no me siento cómoda llevando un estilo Gótico victoriano que sea excesivamente recargado o encorsetado. Sino que disfruto más de estilos más sencillos, pero siempre conservando la reminiscencia romántica.
En ese sentido, creo que mi "conjunto definitivo" viene a estar compuesto por un vestido por la rodilla de corte imperio de estilo romántico con detalles como encaje, terciopelo o una lazada en el escote, unas bonitas medias, mis Doctor Marteens negras, una rebeca larga de punto y mis complementos favoritos.
He aprendido, si bien a veces me lo tengo que seguir recordando a mi misma, que aquello que ves en otras personas y te gusta no es necesariamente lo que te pega a ti o ni tan siquiera lo que te queda bien. A veces me sucede que cuando veo a adorables Babybats con sus llamativos looks, me dan unos prontos de "yo también quiero volver a eso". Pero la mayoría de las veces acabo concluyendo que lo que llevaba cuando tenía 20 años no encaja del todo con mi yo actual ni con mi ritmo de vida, Me tengo que decir a mi misma que no soy "menos gótica", sino que mi estilo ha evolucionado para adaptarse a mi yo actual, lo cual es positivo y debe ser abrazado como parte de un continuo proceso de madurez.
Desde hace un tiempo he comenzado a valorar la importancia de unos complementos de calidad, sobre todo en lo relacionado con la joyería. Ya no busco tanto acumular muchas piezas parecidas y baratas, como gargantillas, collares y anillos de bisutería. Y sin embargo le doy mayor importancia a adquirir piezas únicas que, aunque de mayor valor, le dan personalidad a mi look.
No obstante, el tema del color me sha seguido generando cierta guerra interna. La necesidad de adaptarme a mi trabajo de oficina me ha supuesto un periodo de cierta confusión interna, por explicarlo de alguna forma. Por un lado tratas de ser un poco más flexible para adaptarte, pero por otro sientes que te estás alejando de tu esencia. Así que he pasado por un periodo en el que he tratado de ampliar mi espectro de colores, a veces con acierto y otras no tanto.
Investigar sobre el "Modern Goth" me ha hecho recapacitar sobre en qué dirección estaba yendo mi estilo y volver a encontrar una dirección sobre la que centrarme. Ello me ha llevado a la conclusión de que necesito una limpieza mental, y quizás también un poquito de limpieza de armario.
Ello tamién me ha hecho reflexionar sobre el hecho de que tener más poder adquisitivo ayuda, pero comprar en tiendas góticas o no góticas sin cabeza y sin tener claro lo que quieres y sobre todo quien eres, al final acabas con un armario un tanto alocado y sin cohesión.
En cualquier caso, creo que estoy entrando en un nuevo periodo que van a implicar ciertos cambios. Pero tengo ilusión por ver hacia dónde me llevan las cosas.
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