Algunos de los más hermosos cementerios de España.

Aquí está la continuación de un post anterior sobre los más bellos cementerios del mundo (http://madamemacabre.blogspot.com/2010/11/los-cementerios-mas-hermosos-del-mundo.html). En esta ocasión me referiré a pequeños rincones verdaderamente hermosos de los cementerios españoles, pues también podemos sentirnos orgullosos de varias joyas.

Lo primero que hay que saber sobre los cementerios españoles es que a partir de la Real Cédula de Carlos III de 1787, se estableció el uso de cementerios ventilados fuera de las poblaciones y que “solo trata de evitar enfermedades, epidemias y pestilentes que se creen nacen del ayre de las Iglesias corrompido por los cadáveres que se entierran en los pavimentos”.

El Cementerio de Valencia se inauguró en 1807. Se fue ampliando con el paso de los años, y el primer panteón se erigió en 1851.

En Barcelona existen dos cementerios de referencia a nivel arquitectónico y escultórico, el de Montjuic y el de Poblenou. Se construyeron a principios del siglo XIX para hacer frente a las necesidades de una Barcelona en expansión. Están repletos de esculturas de ángeles y hermosos panteones. Recomiendo visitar http://tejiendoelmundo.wordpress.com/2009/05/01/cementerios-del-mundo-el-cementerio-de-poble-nou-barcelona/ para admirar preciosas fotos del cementerio de Poblenou.

El Cementerio de Lloret de Mar (Gerona) se construyó en 1900. Destaca por su estilo neogótico, sus bellos panteones y sus hipogeos (tumbas en el suelo con decoración escultural encima) como el que se ve en la foto.

El Cemenerio de la Almudena (Madrid) es de los más grandes de Europa Occidental. Se construyó en 1884. Hay más personas inhumadas en el cementerio (más de cinco millones) que habitantes en la ciudad.

El Cementerio de Granada comenzó a construirse en 1805. Tiene más de 12.000 sepulturas, y como curiosidad hay que destacar que recientemente instaló un sistema de Bluetooth a través del cual pueden hacerse visitas guiadas por el cementerio gracias a nuestro teléfono móvil.

El Cementerio Inglés de Málaga responde a la necesidad de los ingleses protestantes que habitaban en la ciudad de ser enterrados en un lugar distinto del de los católicos. Se logró a un acuerdo en 1829 para establecer un cementerio inglés, aunque no sería hasta 1930 cuando quedaría verdaderamente constituido.

El Cementerio de León comenzó a construirse en 1833 y responde en su mayoría a un resplandeciente estilo neoclásico.

El Cementerio de Zaragoza se inauguró en 1791, pero no sería hasta 1834 cuando sus tierras fueron solemnemente consagradas y se concedió el primer nicho. Sus obras fueron azarosas y no exentas de problemas de todo tipo, desde falta de dinero hasta inundaciones.