El sábado me preparaba para salir y estaba decidiendo qué ponerme. Como salgo poco a la calle, cada vez que lo hago quiero llevar el "conjunto perfecto". Quiero que el conjunto esté perfectamente combinado, que los complementos destaquen o simplemente la ilusión de estrenar algo nuevo. Por decirlo de alguna forma, quiero estar convencida al milímetro de cada cosa que llevo.
Es cierto que la ropa no es lo único que debe importarnos y que tampoco debemos juzgar a la gente por la forma en que se viste, del mismo modo que no queremos que lo hagan con nosotros. No obstante, para mi la ropa representa una forma de expresión personal. Me gusta fijarme en la confección o en el detalle de las prendas, es una forma de arte. Y es por ello que le doy tanta importancia, porque además disfruto con todo lo relacionado con ello.
Sin embargo, el sábado me encontraba en uno de esos días "malos", estilísticamente hablando: tenía la sensación de que todo me quedaba mal, de que nada de lo que intentaba combinaba entre sí, o simplemente no tenía del todo claro qué era lo que quería ponerme.
Después de probarme cuatro o cinco cosas diferentes y no estar convencida con ninguna, me senté un momento a pensar. Mientras observaba el desordenado montón de ropa sobre mi cama me vino a la cabeza el pensamiento de que "que fácil debe ser eso de ponerte unos vaqueros y una camiseta cualquiera y salir a la calle". Pues aunque me gusta dedicar tiempo a elegir lo que me voy a poner hasta estar satisfecha, no niego que detesto cuando no me decido y pierdo gran cantidad de tiempo en ello (en particular cuando me acabo poniendo lo primero que me había probado).
Me puse a buscar imágenes por internet en pos de la inspiración cuando reparé en la foto de una chica que me pareció que iba sencillamente perfecta: unas bonitas medias, un vestido negro sencillo con un detalle de lazo, una gargantilla en forma de murciélago y un bonito maquillaje. Su melena teñida de azul eléctrico destacaba sobre el negro del vestido mientras posaba en lo que parecía una tienda de antigüedades.
En ese momento sentí una especie de revelación y tuve claro lo que quería ponerme: un vestido corto de encaje negro de inspiración victoriana y unas medias verde oscuro. Me puse unos bonitos complementos, me hice un peinado diferente en vez de llevar el pelo suelto y también intenté una forma distinta de maquillarme que no quedó mal. En resumidas cuentas, salí feliz de casa.
Tras mi momento de desmotivación inicial llegué a la conclusión de que, quizás a veces invierto demasiado tiempo decidiendo qué ponerme, pero creo que la satisfacción que sientes antes de salir de casa al ver tu personalidad y tu yo interior reflejados en el espejo vale la pena. Y por otro lado, tengo claro que no me compensa la "rapidez" de elegir un simple pantalón y cualquier camisa o camiseta cuando puedo verme "estupenda" con mis camisas con lazadas, mis chaqueta militar o mi vestido de encaje. El conformismo es más sencillo y más rápido, pero no necesariamente más satisfactorio.
Hola,
ResponderEliminarMe ha encantado la imagen de la caricatura y es que es una cruda realidad, simplemente algunos días no tienes claro que ponerte y es horrible. A mi desespera por que siento que es una perdida de tiempo cuando eso pasa, y bueno, tienes que elegir algo o sino se te hace tarde para salir a la escuela/trabajo.
Por cierto, la foto de la chica se llama Alison y tiene un canal de youtube que me encanta, en caso de que quieras visitarlo aqui te dejo el enlace: https://www.youtube.com/user/kazlovesbats
Saludos.
Madame! Por amor a Dracula..! Te debes ver bien con lo que te pongas jaja! Besos!
ResponderEliminarEsa chica es una youtuber que sigo y me encanta (The Goblin Queen), tiene un estilo que me gusta mucho y me inspira muchas veces. Y estoy de acuerdo con lo que dices: muchas veces siento también que sí, que es más cómodo ponerme lo primero que pillo, pero me siento más feliz si me esmero más a la hora de vestirme.
ResponderEliminarY con el fondo de armario que tienes!!Que el negro pega con todo!Besotes!
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarCuantísima razón tienes. Yo sí que hago eso de coger una camiseta, un pantalón, y ale, al instituto. Más que nada porque no me apetece perder tiempo viendo a ver qué me pongo...además, como suele ser todo negro, o algún color oscuro, siempre combina, así que no me preocupo mucho, me preocupo de ir cómoda y ya está.
Pero sí que es cierto que cuando voy a salir a dar una vuelta, o es una ocasión especial, empleo más tiempo en decidir qué me pongo, para como tú dices, salir contenta de casa. Y vaya que si se nota!!!. Cuántas veces no habré salido de casa sintiéndome estupenda y pensando: que yo voy!. Y eso a una le gusta.
Me callo ya que poco más y escribo una entrada propia jejeje.
Un beso!!
Nemesis - Sí, cuando tengo un día malo me desespero conmigo misma XD. Muchas gracias por la dirección, no sabía que era una youtuber, miraré sus vídeos ;)
ResponderEliminarUmbrella Corporation - Pues no te creas, el pijama no me favorece siempre XD
kilmister - Yo también pienso que merece la pena esmerarse un poco con una misma y salir contenta con lo que llevas :)
Laura - Puede parecer una tontería, pero es verdad es que una forma de satisfacción muy agradable :)
Muchas gracias por comentar :)