En el siglo XIX, tanto los hombres como las mujeres de las clases altas podían llegar a cambiarse de ropa hasta cinco veces en un solo día. La vestimenta de esta época no puede calificarse como sencilla o práctica, ni tan siquiera la de los niños, como consecuencia de la cantidad de capas y la dificultad para vestirse uno mismo.
A esta ingente cantidad de prendas hay que añadir la facilidad con la que podían mancharse, por ejemplo, como consecuencia de los miles de caballos que vivían en las ciudades, del barro o de las lámparas de gas.
La lavandería era una labor tediosa, larga y cara. Para limpiar la ropa se utilizaba jabón, desinfectante y el conocido como "mangle": una especie de primitiva secadora destinada a escurrir la ropa, particularmente peligrosa por sus engranajes, ya que en caso de poner las manos entre las ruedas podía fracturar rápidamente huesos y piel.
"Mangle"
En el inicio del siglo, se creía que la enfermedad tenía su origen en el aire insano. Gracias al microscopio y a otros avances médicos, se identificaron las bacterias. Sin embargo, fue entendido de manera desproporcionada en muchos sentidos. Había madres que no querían besar a sus hijos por miedo a infectarse/los de bacterias. Se tenía un miedo terrible a las moscas en la creencia de que podían transportar todo tipo de gérmenes y enfermedades. Por ello se cubría absolutamente todo con telas, como por ejemplo los botes de comida.
Por ello se empezaron a utilizar potentes químos para limpiar, como el amoniaco y la parafina. El problema es que se vendían en tarros y botellas muy similares a los de los alimentos. Así, era fácil condfundir la harina con el té... o con la sosa caústica. No fue hasta 1902 que se aprobó una ley que obligaba a distinguir productos farmacéutivos de productos de consumo.
A su vez, un más fácil acceso a sustancias como el arsénico hizo que se convirtiera en una forma popular y difícilmente detectable de asesinato, particularmente entre las mujeres. A ello se añade que en este período comenzaron a desarrollarse lo que se conocen como "seguros de vida".
2 comentarios:
¡Me gusta mucho esta sección sobre la vida victoriana!
Yo intento informarme en libros y por internet, pero es muy difícil encontrar cosas sobre la época.
¿Podrías recomendarme algún libro en especial?
Besos :D
Mina Harker - A mí también me cuesta mucho encontrar información, si te soy sincera.
En cuanto a libros, los más fáciles de encontrar son los que se refieren a moda. De ahí te recomiendo Moda del siglo XIX de la editorial Taschen, o bien el de un autor llamado Pablo Pena González, que se centra en la moda española del XIX y es completísimo. Es un buen punto de partida :D.
En cuanto a estilo de vida, buscar libros generalistas sobre la época o bien biografías de personajes de la época, como la reina Victoria. Este tipo de libros cuesta bastante de encontrar.
La otra opción es ver documentales que puedes encontrar en Youtube. Los hay muy interesantes. Lo malo es que la mayoría, al venir de cadenas británicas, no tienen subtítulos. Yo los veo en inglés sin subtitular. Me pierdo algunas cosas pero me quedo con la mayoría de ideas generales (y así práctico idioma XD). De hecho, toda la información de estas entradas viene de unos documentales de Youtube ;).
Espero que te sea de ayuda :D.
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