En cuanto tengo noticia de que en el CAC han puesto una exposición nueva voy a verla, lo que supone muchas visitas al museo a lo largo del año. A veces descubro nuevos artistas muy interesantes, otros me dejan un poco fría y otros resultan ser muy sorprendentes. Con Jonathan Meese no sabía qué esperar, pero acabó siendo una exposición muy interesante y diferente a las vistas anteriormente. El arte de Meese se centra en la idea de lo que él denomina "la dictadura del arte", en la que el poder no recae sobre el artista o sobre el museo, sino que considera el arte como ente autónomo.
Sus gigantescos cuadros, que ocupan paredes enteras, dan al principio una tremenda sensación de caos, como si no tuvieran sentido. Sólo parecen un compendio de colores y formas desordenadas. La peculiaridad de su pintura es que si se examina de lejos (bastante lejos), se logran contemplar con una claridad sorprendente multitud de motivos y figuras con una temática variopinta, empleando elementos religiosos, eróticos, bélicos, monstruos de películas de terror, figuras de la mitología griega o del "El Cantar de los Nibelungos". Con ellos expresa el caos, la decadencia, la guerra o la obsesión. A su vez, si se observan sus cuadros de cerca pueden percibirse multitud de pequeños detalles, como cartas mecanografiadas, fotografías del autor, palabras, pequeños símbolos y figuras. La gran peculiaridad de su obra es ofrecer cuadros que atraen nuestra atención, que tienen sentido, tanto en las cortas como en las largas distancias, con multitud de detalles y pinceladas, como si el aparente caos cobrara sentido de repente.
La exposición se acompañaba con varias esculturas de aspecto antropomórfico, a medio caminio entre dioses, monstruos y humanos, que tenían una reminiscencia a H. R. Giger. Y finalmente algunos pequeños cuadros, fotografías y pequeñas esculturas que simulaba una especie de dinastía de piezas de ajedrez.
Una exposición muy interesante, atrayente y repleta de matices, sin olvidar el uso que hace de elementos polémicos. Sin duda, una grata y entretenida sorpresa, muy distinta a la colorista y simpática anterior muestra, "Jack Freak" de los Británicos Gilbert & George, que resultó ser también una fantástica exposición. A través de la composición digital se mezclaba la iconografía relgiosa con la militar y la omnipresencia de los propios autores que parecían mofarse de sí mismos. La mezcla de colores chillones con matices muy oscuros y la combinación de formas geométricas creaban extrañas composiciones entre lo naïf y el surrealismo, a lo que se añade el uso de cuadros de enormes dimensiones.
Así que espero que el CAC siga con sus aciertos tras estas dos grandes exposiciones que tanto me han fascinado. Finalmente mencionar que a partir del 28 de mayo se renueva la exposición permanente.
2 comentarios:
algunos dibujos son verdaderamente angustiosos me gusta la escultura de la primera foto
Los dibujos parecen muy caóticos, al principio te dan sensación de agobio por la cantidad de motivos y elementos que contienen. Creo que ésa ha sido también una de las intenciones del autor. Las esculturas eran verdaderamente geniales, concretamente la de la primera foto llevaba el nombre de Zeus.
Muchas gracias por comentar :).
Un saludo de Madame Macabre.
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