Auguste Toulmouche (1829-1890), nacido en Nantes, es un pintor francés de la segunda mitad del Siglo XIX. Su excepcional obra es poco conocida, probablemente eclipsada por un joven Claude Monet, a quien acogió y aconsejó seguir las enseñanzas de Charles Greyre. De ahí que la mayor parte de las referencias que se hacen a este pintor siempre sean anejas a la biografía del gran Monet. Su primera exibición se produjo en 1848, a partir de la cual recibiría a lo largo de su vida varias medallas reconociendo sus obras, culminando con su nombramiento como Caballero de la Legión de Honor en 1870.
Toulmouche retrataba escenas interiores cuyo centro eran hermosas mujeres burguesas en su vida cotidiana, captando momentos llenos de belleza y sentimiento, y de donde siempre se desprende un aire de "intimidad", como la mujer que recibe una carta, la que espera una visita desde la ventana o un beso entre dos enamorados. Émile Zola dijo de Toulmouche que sus mujeres eran "deliciosas muñecas", y se convertirá en uno de los grandes pintores del Imperio, adorado por una parte de la crítica por sus hermosos cuadros. La otra en cambio criticará su conformismo y el no zambullirse de pleno en la vanguardia del momento, el Impresionismo. Ello no oscurece, en mi opinión, la magnífica obra de este pintor francés, que pintó escenas deliciosas repletas de belleza y encanto.
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