Hacía tiempo que había dejado caer mis deseos sobre un abanico de encaje negro. Había visto algunos, y aunque tenía claro qué clase de abanico quería, pensé que podía esperar un poco más para adquirirlo ya que parece que el verdadero calor aún está lejos de manifestarse. Pero mi madre me ha obsequiado con este maravilloso presente hace un par de días. Aunque el tiempo es aún lluvioso y seguramente no será hasta dentro un par de meses cuando podré lucirlo, estoy entusiasmada con mi nuevo complemento. Ahora sólo me resta aprender el famoso "lenguaje de los abanicos".
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