La Muerte aparece como el treceavo arcano del Tarot. Ya desde la Edad Media el número trece era considerado una cifra maléfica, que simboliza el pasaje de un estado a otro, es decir, la muerte.
La muerte simboliza la evolución, el duelo, la transformación de los seres y las cosas, la fatalidad ineludible, pero también la desilusión y el pesimismo. Para algunos estudiosos del Tarot, la carta de la Muerte supone un cisma en la serie de imágenes taróticas precedentes, viniendo a continuación los arcanos más elevados. Por ello se podría decir que las doce primeras cartas del Tarot corresponden a los misterios menores mientras que las siguientes corresponden a los misterios mayores ya que tienen un carácter más celestial que las anteriores. La Muerte, al igual que el Mago, corresponde a la primera casa zodiacal.
No obstante, la Muerte es igualmente liberadora de penas y llantos, como reza la máxima latina mors janua vitae (la Muerte es puerta de la Vida). En el sentido esotérico simboliza los cambios profundos, la iniciación y la renovación.
Fuente: Dictionaire des Symboles, Jean Chevalier et Alain Gheerbrant.
Fuente: Dictionaire des Symboles, Jean Chevalier et Alain Gheerbrant.
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