Que para la gente no gótica nuestra estética resulta poco más que un disfraz, es algo que sabemos de sobra. No hay más que buscar por internet "disfraz de gótico" para comprender hasta qué punto el resto del mundo lo considera algo demasiado "estrafalario" como para creer que alguien quiera voluntariamente vestir así a diario.
Aunque ninguno de nosotros busque adrede dar la impresión de estar llevando un disfraz, a veces puede pasar que eso suceda involuntariamente. Pero también puede llegar un momento en que uno mismo se sienta que está llevando uno. O, en el último de los extremos, podemos considerar que otros góticos van disfrazados.
El problema de los estilos historicistas.
Los estilos historicistas son geniales, muy vistosos y elegantes. Ya sea porque te gusta la estética victoriana, la medieval o el estilo que se llevaba a principios del siglo XX (estilo eduardiano), o cualquier otro que haga referencia a un periodo histórico concreto. El problema puede provenir de que copies tan bien el estilo de la época que no parezca que vas vestido imitando un estilo antiguo, sino que en realidad llevas una copia de traje antiguo.
Y eso puede estar muy bien si vas a acudir a algún tipo de evento y quieres ir un poco más allá de tu look de diario. Pero puede resultar incómodo si cuando te miras al espejo antes de salir de casa pareciera que acabas de salir de "Cuento de navidad" de Charles Dickens.
A mi me ha pasado alguna vez que he combinado tantos elementos de inspiración victoriana en un atuendo de diario que me ha resultado excesivo, aparte de demasiado recargado.
No creo que haya que desterrar del todo los estilos historicistas si nos gustan, ni tampoco caer en la anodina fórmula a la que suelen recurrir las revistas de moda, como combinar una camisa romántica con vaqueros azules y zapatos de tacón para parecer "moderna". Pero sin duda el saber alternar elementos de inspiración histórica con elementos más contemporáneos es un buen comienzo para equilibrar el conjunto.
Aunque este tema en particular lo quiero tratar de forma más desarrollada en una entrada específica, me parecía interesante comentar el tema aquí.
Mi "Yo profesional" y mi "Yo Gótico".
A muchos góticos les sucede que, a la hora de ir a trabajar, optan por llevar un estilo convencional que no les cause problemas con el código de vestir de su empresa. Cuando llega el fin de semana, visten como quieren. Pero he conocido personas que se han desconectado tanto de su "Yo gótico" que cuando intentan volver al estilo, sienten que se están en cierto sentido "autoimponiendo" el vestirse así. Se han acostumbrado tanto a vestir de manera convencional que ya no se encuentran tan cómodos como antes en su versión gótica.
Para estos casos tenemos el Corporate Goth. Aunque no podamos aplicarlo de lleno, podemos incorporar pinceladas. Incluso si tenemos que llevar un uniforme, podemos encontrar formas de incorporar pequeños toques personales (un broche, los pendientes, un color de labios...). No tenemos que estar de cara al público para ponerle ilusión a la hora de arregarnos un poco. Es algo que hacemos para nosotros mismos y para estar a gusto.
Los estilos extremos.
El considerar los estilos más extremos o llamativos como disfraces es una cuestión muy subjetiva. Lo que para unos es excesivo, para otros constituye su atuendo habitual. ¿Pero puede lo excesivo convertirse en artificial y por tanto, en una especie de disfraz más que en una "vestimenta real"? Creo que ese puede ser el caso del exceso por el exceso sin sentido alguno, vacío de significado.
Pero si a una persona le gusta explorar el lado más extremo de la moda gótica y le llena su propio estilo, lo percibe como una forma de expresar su personalidad o sus inquietudes, no debemos criticarlos y asumir que únicamente buscan llamar la atención. La estética gótica tiene un particular significado para cada uno, y no siempre podemos asumir que lo comprendemos a simple vista.
El poser gótico y el complejo de Peter Pan.
El término poser proviene del inglés, y se traduce como "impostor" o "pretencioso". A efectos de cualquier subcultura, se denomina con este término despectivo a quienes pretenden pasar por góticos pero que únicamente buscan llamar destacar, centrándose únicamente en el aspecto estético sin crear un estilo verdaderamente personal, y olvidando por completo el elemento cultural.
Por Z's glorious
El poser ha hecho de la estética gótica un auténtico disfraz, aunque puede que ni él mismo sea consciente de ello. Ka estética gótica no surge "naturalmente" de él, sino como recurso para, por las razones que sea, llamar la atención sobre el resto.
Gótico = pintarse el pelo en una tonalidad llamativa + llevar negro con transparencias (By Katy Perry)
El problema de los posers, y a la larga de esas personas que han tomado lo gótico como una fase, inciden en la idea que tiene mucha gente no gótica de que los góticos, al llegar a cierta edad, somos un grupo de inmaduros que seguimos jugando a disfrazarnos como cuando éramos adolescentes.
Si tienes 15 años y te gusta vestirte como Eric Draven, te lo podemos dejar pasar. Pero si pasas de los 30 y sigues vistiendo de negro, por mucho que tus gustos se hayan refinado, la mayoría de la gente considera que no has evolucionado y que no has hecho más que estancarte en tu etapa adolescente.
Ello puede causar ciertos problemas en el ámbito familiar, sentimental o de amistades. Pero es importante saber gestionar esas cuestiones con la gente que te importa y hacerles comprender que no es una cuestión de inmadurez ni nada parecido, es una cuestión de gustos, de inquietudes y al fin y al cabo una elección personal. Una elección que es lo bastante importante para ti y te llena lo suficiente como para comprometerte con ella a largo plazo.