Gustave Moreau (París, 1826 - 1898) fue un pintor francés. 1857 realizó un viaje a Italia que le permitió conocer la obra de clásicos como Miguel Ángel o Mantegna, y obtuvo el reconocimiento de la crítica en el Salón de 1864, con Edipo y la Esfinge. Su período de madurez se inició a partir de 1870. Su obra muestra una clara preferencia por los temas históricos, bíblicos y mitológicos, siempre desarrollados de forma inquietante y evocadora, a través de la recreación de atmósferas exóticas, a menudo orientales, y del dramatismo de las escenas. Perteneciente a la corriente simbolista, Moreau inspiró a los futuros artistas surrealistas, sobre todo a André Breton, Max Ernst y Salvador Dalí.
La obra de Gustave Moreau es uno de los antecedentes más importantes del decadentismo finisecular. Fascinado por lo legendario y lo divino, se aburría con el dibujo del natural y la descripción fiel de la naturaleza. Basándose en las sagradas escrituras y en la mitología elaboró una ambiciosa obra que, alejada del academicismo imperante, proponía una poética de la sugerencia y la ambigüedad.
Casi todas sus obras cuentan con un buen número de estudios previos, porque su proceso de trabajo consistía en hacer esbozos del natural que después utilizaba en el estudio para realizar sus grandes composiciones. Éstas fueron cada vez más complejas, englobando elementos heterogéneos, destinados a crear un clima sensual y mítico al mismo tiempo: la historia y el relato bíblico confluyen en ellas de forma sugestiva. A propósito del acabado meticuloso de cuadros como Los unicornios (1852-1898) y Júpiter y Semele (1896), ambos en el Museo Moreau de París, se le ha calificado de habilidoso orfebre o miniaturista.
Moreau exalta al héroe ubicándolo en ambientes suntuosos donde los detalles arquitectónicos poseen vida orgánica. La aparición (1876, Museo Gustave Moreau), representa la culminación del estilo del pintor, preciosista y un tanto mórbido en la expresión y los temas. El cuadro presenta la historia bíblica de Salomé y San Juan Bautista de modo perturbador: la cabeza del Bautista se ha elevado de la bandeja y, rodeada de una aureola, dirige su inquietante mirada a Salomé, que con gesto de espanto rechaza la horrenda visión.
En contraste con la vida solitaria que había llevado durante toda su vida, Moreau fue nombrado en 1892 profesor de pintura de la Escuela de Bellas Artes de París, donde fue muy apreciado por artistas como Matisse y Rouault. Obsesionado por la fama póstuma, legó su inmenso taller y las obras que contenía al estado francés, siendo su primer conservador Georges Rouault. A pesar de ello, su obra parecía estar destinada al olvido, hasta que los surrealistas se interesaron por la complejidad de sus composiciones.
3 comentarios:
Usa bastante bien los colores primarios. Besotes!
ALUCINANTE, no tengo más palabras. <3
Angie - Sí, colores muy intensos, y bastantes dorados también.
Luis Alberto - Echaba en falta alguna entrada de pintura ;).
Muchas gracias por comentar :).
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