jueves, 6 de julio de 2017

Murdered for being different: el asesinato de Sophie Lancaster llevado a la pequeña pantalla.

Título: Murdered for being different.
Director: Paul Andrew Williams.
Actores: Chanel Cresswell, Nico Mirallegro, Abigail Lawrie.
Género: Drama.
Año: 2017.
Valoración: 7,5/10.


El mes que viene se cumplirán diez años del asesinato de Sophie Lancaster, y no es casualidad que este medio metraje de 61 minutos de duración haya salido ahora a la pequeña pantalla. De la mano de la BBC, nos conduce a la noche del 24 de agosto de 2007 cuando ella y su novio, Robert Maltby, fueron golpeados brutalmente.

La cinta no sólo se centra en los hechos y la posterior investigación, sino que también se retrotrae a los inicios de la historia de amor entre Robert y Sophie, su vida juntos y la fatalidad de lo que les ocurrió.

En ese sentido, el guión no ahonda en ellos como símbolo de una escena o de una subcultura, sino que los trata como individuos con una historia propia, lo cual creo que es muy acertado. Despersonalizarlos hubiera sido un error.

La historia sigue dos corrientes que van confluyendo poco a poco: Robert, su relación con Sophie y su situación tras la paliza; y por otro lado la investigación llevada a cabo por la policía y la presión ejercida sobre los testigos de la pelea para que confesaran lo que habían presenciado.

Sobre este último punto, me pareció muy interesante que se realizara una crítica indirecta, por no decir directa, tanto a los autores materiales de la brutal paliza como a aquellos que la contemplaron pero no hicieron nada. En una suerte de reflexión, plantea el hecho de que la brutalidad gratuita o el acoso no son sólo fruto de la acción, sino también de la falta de ella.

Evidentemente se deja caer el hecho el hecho de que los motivos de la paliza no fueron otros que la forma en la que Robert y Sophie vestían, y de hecho se hace referencia a la escena gótica. Pero, como he dicho antes, no se hace énfasis en la cultura gótica como tal, sino más bien en la idea de que los atacaron por ser diferentes, lo cual puede sucederle a mucha gente, no sólo a los góticos.

En la elaboración de guión, ha colaborado tanto la policía como Robert Maltby y la familia de Sophie, y aunque han tratado de apegarse a la realidad, sospecho, por lo que leí y vi de caso en su momento, que han cambiado algunas cosas. Después de todo, contar toda esa historia en una hora tampoco es tarea fácil. No obstante, no tratan de suavizar la brutalidad de la paliza, lo cual, sin dejar de ser arriesgado a efectos del espectador medio, creo que refuerza ese compromiso con la idea de relatar la realidad de los hechos sin ambages.

Vi la película en inglés sin subtitular, y como hablan con un acento un tanto cerrado me perdí muchas cosas aunque sí comprendí las partes más importantes. En cualquier caso, creo que merece mucho la pena verlo. Hace diez años que Sophie murió, pero no debemos olvidarla.