jueves, 22 de febrero de 2018

Cine: La forma del agua.

Título: La Forma del Agua.
Director: Guillermo del Toro.
Actores: Sally Hawkins, Octavia Spencer, Michael Shannon, Doug Jones.
Género: fantasía, drama, suspense.
Valoración: 7,5/10.


Elisa trabaja en unas instalaciones del Gobierno como limpiadora. Es muda, y aunque tiene buenos amigos que la apoyan, se siente sola y menospreciada por su condición. Es entonces cuando entabla relación con un extraño hombre anfibio que forma parte de un proyecto secreto del Gobierno estadounidense en plenas tensiones de la Guerra Fría.

Lo primero que hay que apuntar es que, apesar de ser una película de Guillermo del Toro, no es una película de terror. Y si bien el director mexicano se mueve muy bien en ese género, o éste combinado con otros, lo cierto es que no se da en esta película en concreto. Sin embargo, del Toro acierta muy bien combinando multitud de géneros en una misma cinta: fantasía, drama, suspense, espías, comedia e incluso musical.

El tema en torno al cual gira la película es básicamente el de la gente que es distinta por un motivo u otro, por cuestiones que ellos no pueden evitar (color de piel, orientación sexual, nacionalidad, discapacidad), cómo estas personas se enfrentan a distintas formas de discriminación superando adversidades, y se crecen a sí mismos.

La criatura viene a ser un reflejo de todas esas personas, de cómo el miedo a lo diferente nos hace prejuzgar sobre los demás y nos impide ver todo lo bueno que esconden esas personas, también esos a los que llamamos monstruos.

El tono de la película está a medio camino entre el cuento de hadas y el cine de espías. Se ambienta en los años 60, en plena Guerra Fría, y este contexto político y militar impregna buena parte del argumento. Pero también tiene un tono fantástico y onírico que la convierte en ocasiones en una suerte de fábula moderna. Es por ello que en ciertos momentos podríamos cuestionar cómo se enlazan los acontecimientos, en ocasiones un tanto forzados para llegar a cierto resultado final. Pero digamos que la película no pretende ser puramente fiel a la realidad en cada instante. Aprovecha el contexto pero sin atarse a él. Así, debemos permitirle ciertas licencias en cuanto al desarrollo de los acontecimientos.

En los aspectos visuales, Guillermo del Toro ha demostrado una vez más ser un maestro del color. Utiliza muy sabiamente una brillante fotografía y ambientación, los cambios de luces y las tonalidades. La película es esencialmente verde y algo beis, como lo es la criatura. Y luego se adorna con acertadas pinceladas de rojo y tenue amarillo. Visualmente es como contemplar una paleta, con una fantástica ambientación propia de los años 60 en todos los aspectos que la rodean.

Mención especial merece la banda sonora, tanto por su música original como por las canciones incorporadas. Asimismo los efectos especiales están bien logrados, destacando el diseño de la criatura en claro homenaje al de la cinta "La mujer y el Monstruo" de la Universal.

En cuanto a las interpretaciones, destaca una fantástica Sally Hawkins, muda y sin embargo fantásticamente expresiva, que logra crear un personaje adorable y soñador que acaba haciendo que no podamos sino entender sus sentimientos, por raro que nos pudiera parecer que una mujer se enamore de un monstruo acuático. Los personajes secundarios también me agradaron mucho y aportan un contrapunto interesante.

Con todo, la película tiene también algunos aspectos que no me han gustado tanto. Creo que el elemento más plano y que le resta calidad es el personaje de Michael Shannon, el antagonista. Es, básicamente, el villano, pero sin nada más. Su razón de ser es ser malo y caernos mal. Me ha resultado un personaje gratuitamente desagradable y sin muchos rasgos destacables más que constituir un contrapunto a la protagonista.

Sobre el ritmo de la cinta, hay que decir que es pausado y tranquilo. Creo que en general casa bien con el tono de la historia. Sin embargo, es probable que para algunos resulte excesivamente pausado y llegue a aburrirles.

En conclusión, La forma del agua es, sencillamente, una película encantadora, un cuento de hadas que se desarrolla en los años 60. Es por ello que hay que perdonarle la simplicidad de ciertos elementos. Pero no la hacen menos disfrutable, ni borran el mensaje final: un canto al amor y a la diferencia.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha encantado tu review, aún no he ido a verla pero me daré prisa porque pienso que me va a gustar:D

Madame Macabre dijo...

Anónimo - Ojalá, ya me contarás qué tal :).

Muchas gracias por comentar.

Anónimo dijo...

Se me pasó decirte que finalmente vi la peli y me gustó mucho...el monstruo está muy conseguido y la historia muy bonita :D

Madame Macabre dijo...

Anónimo - Me alegro :D