El origen de las cosas: simbología y significado del vampiro.

El vampiro es aquel muerto que abandona su tumba para succionar la sangre de los vivos. Esta creencia está muy extendida en Rusia, Polonia, Europa central, Grecia y Arabia. La tradición quiere que aquellos que son víctimas de los vampiros se conviertan a su vez en vampiros al ser vaciados de sangre y contaminados. Mientras que el fantasma atormenta a los vivos con el miedo, el vampiro los mata absorbiendo su esencia vital porque no sobrevive más que a través de su víctima. Se crea aquí una dialéctica entre el perseguidor y el perseguido, o entre el devorador y el devorado.

El vampiro simboliza así el apetito por la vida, que se renueva cada vez que el hambre surge de nuevo. Emplea su tiempo en vano tratando de satisfacer este deseo, pues éste resurge constantemente. Y a su vez transfiere a su víctima ese hambre devoradora aún cuando no es más que un fenómeno de autodestrucción. El vampiro se atormenta y se devora a sí mismo. Se convierte en tormento de sí mismo y de los demás, simbolizando una inversión de las fuerzas psíquicas contra uno mismo.

Fuente: Dictionaire des Symboles, Jean Chevalier et Alain Gheerbrant. Diccionario de Símbolos Juan-Eduardo Cirlot.