Edvard Munch nace en Loten, Noruega, en 1863. Cuando aún no ha cumplido los cinco años su madre muere de tuberculosis. Apenas nueve años más tarde fallecería su hermana Sophie, dos años mayor que él, de la misma enfermedad. En estos primeros años el pintor sentaría sus lazos con la muerte, que le obsesionarían a lo largo de toda su vida y que se plasmarían en su obra. El propio Munch describiría su infancia como "opresiva y triste".
En 1880 toma la decisión de dedicarse a la pintura incribiéndose en la Escuela de Dibujo de la ciudad. Será transcendental su visita a París en 1885 donde tiene la ocasión de asistir a una exposición expresionista. Allí conocerá las obras de Monet, Renoir, Pisarro, Degas y Seurat. En la segunda mitad de esta década plasmará en sus obras aquellas primeras preocupaciones que luego se convertirán en una obsesión a lo largo de su vida. En estos años verán la luz obras tan importantes como Pubertad o Al día siguiente. Sin duda la más importante de este período es La niña muerta, que hace alusión a su propia hermana.
En 1892 participa en la exposición del Círculo de Artistas Berlineses. Alemania era por aquel entonces un país que aún no había asimilado la experiencia expresionista, por lo que la valiente apuesta del pintor noruego causaría tal revuelo que sería clausurada en una semana. Pero ello también le proporcionaría tal fama que le permitiría organizar exposiciones por toda Alemania, donde fijaría su residencia.
En 1895 vuelve a visitar París, y los pintores postimpresionistas como Gauguin y Émile Bernard dejarían una marcada impronta en su obra. Munch elaboraría entonces un conjunto de obras que él denominó como "El friso de la Vida" y que abarcarían cuadros como Melancolía, Enredadera roja, La voz, y donde destacaría, por encima de las demás, El grito. Con ellas Munch expresa sus obsesiones y pesares sobre el amor, la vida, la muerte, la enfermedad y la angustia. Por ello apodarían a Munch "el expresionista dionisíaco" pues su expresión espontánea surge de sus experiencias atormentadas. Así, en su pintura, la mujer se convierte en símbolo de muerte, retratanto el lado negativo de las relaciones humanas y que se manifiesta en obras tan bellas y turbadoras como "Vampiro".
En torno al albor del nuevo siglo, se produce un cambio en las pinturas del artista noruego y que se manifestará en un ciclo de pinturas denominadas "La Habitación Verde". En 1908 sufre una importante crisis nerviosa, agravada por su adicción al alcohol, que le obligan a ser internado en una clínica psiquiátrica en Copenhague. Una vez restablecido, regresa a Noruega donde comienza un nuevo período artístico lleno de vitalidad. En enero de 1944, en una Noruega ocupada por las tropas alemanas, Munch morirá del mismo modo en que vivió su vida: en la más completa soledad.
2 comentarios:
Hola!
soy Penny, me encanta Edvard Munch, para ser sincera me gustaban muchas de sus pinturas pero recién me acabo de enterar que El Grito es una de sus magníficas obras. Me siento una ignorante!
Muy lindo aporte.
Nos vemos!
A mí me sorprendió la pintura del gato, casi parece como si hubiera querido parodiar su propia obra. Tiene algo de simpático y a la vez de triste. Creo que todos los días aprendemos algo, y no debemos avergonzarnos. El conocimiento es algo maravilloso e infinito ;). Y desde que cree el blog, estoy aprendiendo mucho XD.
Muchas gracias por comentar.
Un saludo de Madame Macabre.
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