Género: Terror, Cine Mudo.
Año: 1925.
Director: Rupert Julian.
Actores: Lon Chaney, Mary Philbin, Norman Kerry, Arthur Edmund Carewe, Gibson Gowland.
Valoración: 9/10.
El Fantasma de la Ópera, Erik, es uno de esos personajes carismáticos de la historia del cine que tiene su origen en el universo literario. Al igual que sucede con Drácula, hay multitud de adaptaciones de la novela de Gaston Lerroux, pero pocas verdaderamente fieles.
La mayoría de las adaptaciones han preferido optar por una versión mucho más romántica de lo que es en realidad el libro, pues no hay que olvidar que se trata de una novela de terror gótico. He visto varias versiones, desde películas a series para televisión, y también he leído el libro. A día de hoy creo que la única película que realmente hace justicia al libro es precisamente su primera versión, la de 1925.
En esta fantástica obra del cine mudo se mantiene la trama de misterio y suspense con grandes dosis de terror y pequeños toques de romance, e incluso de comedia. Se respeta la trama del libro en prácticamente todos los aspectos, salvo la omisión de algunas escenas y el hecho de que se cambia el destino final del Fantasma. A este respecto he de decir que todavía no he visto una sola película donde la suerte de Erik sea tal y como se cuenta en el libro.
La película se acompaña por un lado de música clásica, que añade intensidad y sentimiento a las interpretaciones de los actores. Y por otro tenemos a unos fantásticos actores, donde destaca un sublime Lon Chaney con su perfecta caracterización del Fantasma. Se desvela así una de las escenas más famosas no sólo del cine mudo, sino de la historia del cine, que es cuando la actriz Mary Philbin descubre el terrible y desfigurado rostro del Fantasma a la cámara. Sin duda Lon Chaney supo captar a través de su interpretación y de su maquillaje la crueldad y la melancolía que rodeaban al personaje de Erik.
Se trata así de una gran obra maestra, equilibrada en su adaptación, rápida en su trama y alternando con maestría momentos de terror, amor, romance y aventura. Una película tremendamente interesante en todos sus matices, tan amena e intensa que no ha sido desmerecida pese a los largos años pasados desde que vio la luz.
Lo mejor: un soberbio Lon Chaney.
Lo peor: para los que hemos leído el libro, el final.
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